viernes, 7 de febrero de 2014

LO QUE PIENSO DEL DÍA SIN CARRO

El día sin carro suena a excusa para llegar tarde, para no ir a trabajar, incluso para terminarle a alguien.

  • ¿Dónde estabas?
  • Esperando bus, casi no pasa.
  • ¡Ya no me aguanto más esta mierda! ¡Terminamos!


Se supone que el día sin carro promueve el uso de la bicicleta, pero lo que verdaderamente promueve es la pereza. Uno escucha DÍA SIN CARRO, y mira en el almanaque a ver si es un festivo, luego se fija descaradamente el reloj del celular mientras planea la mentira que va a decir en caso de que lo llamen:

  • ¿Por qué no ha llegado?
  • Eso está imposible por el día sin carro.
  • ¡Pero si usted vive a 3 cuadras!
  • Los ríos de gente. Eso no se puede ni caminar.

Es paradójico que en el día sin carro no todos deban guardarlo. Por ejemplo, si usted es presidente puede sacar su vehículo, repito, solo si es presidente. 
Si lo detiene la policía por haberlo sacado, no sirve de excusa decir que es un presidente de otro país. Sin embargo inténtelo:

Policía: ¿Señor, sabía usted que hoy es el día sin carro?
Sujeto: No entender, ser otro país. Mi ser Namibia, Africa.
Policia: No se haga el marica que su placa dice VTE 678 de Sogamoso
Sujeto: Ser error, mi carro ser diplomático. Mi ser presidente de Namibia.
Policía: ¡Papeles!
Sujeto: En Namibia nosotros dar dinero a policías por no detener vehículo.
Policía: Yo también ser de Namibia. 

También se puede sacar el vehículo si este está destinado a la prestación de servicio de escolta. Aunque seamos lógicos, a quién se le va ocurrir hacer un atentado el día sin carro. La única manera sería cercar el anillo de seguridad del presidente con unas 10 bicicletas  y decir, no se muevan, los tenemos rodeados...de bicicletas, pero de igual manera los tenemos rodeados.

Con el día sin carro no se salvaron ni los estudiantes. Me imagino muchas mamás diciendo:

  • ¡Qué dijo!..¿que no iba a haber clase? Pues si hay. En las noticias dijeron que había clase normal. ¡Que hubo a ver, a bañarse ese rabo!

El transporte escolar también tenía permiso para salir, así que si hicieron examen y usted no fue a clase, sepa que ya va perdiendo esa materia.

Bogotá debería aplicar esa misma pedagogía para evitar que gente tan maluca salga a la calle, por ejemplo: día sin ñeros, día sin feos, (seríamos pocos los que podríamos salir) día sin pudor, día sin brassier, día sin chucha, que sea un delito andar con chucha por la calle:

Policía: Señor, acaban de hacer una llamada reportando que usted tiene una chucha la "hijuemadre"¿Cómo se declara?
Sujeto: Inocente
Policía: ¿Inocente? pero juemadre, si hasta acá nos llega el olor. Pa’l camión. Queda inmovilizado. 

Además esas personas que andan en bicicleta se creen más saludables que uno. Quién les dijo que es chévere llegar agitado al trabajo y con el culo sudado creyendo que están salvando al planeta, cuando en realidad lo único que están haciendo es matar a sus compañeros de la oficina con la “chucha” que
produce manejar desde la casa hasta la oficina. 

Seamos honestos, yo no cambio un asiento cómodo de un carro, o el medianamente cómodo de un bus por el sillín de una bicicleta, y menos si es una bicicleta de carreras, de esas que tienen el sillín tan delgado que se va metiendo haciéndonos perder la dignidad que nos queda, en cada pedalazo. 

Nota: Me ofenden esos que manejan bicicleta sin usar la manos, esos que las dejan en el regazo y solo se interesan en pedalear. Me dan ganas de empujarlos.

viernes, 24 de enero de 2014

¿CÓMO SACAR LAS MANCHAS AMARILLAS DE LA ROPA BLANCA?

Alguien me escribió esto al celular:
“Tengo un bóxer blanco con manchas cafés, de tan solo mes y medio. Si alguien quiere adoptarlo por favor escribir y/o pedir fotos, de lo contrario lo voy a botar a la calle”.

Pensé: un bóxer de mes y medio, blanco con café, lo van a botar a la calle. Qué triste eso. Yo lo adopto.

Me decidí a pedir información.
  • Quiero fotos. 

Y me salieron con esto: 


Lo peor es, que si es es un bóxer blanco con manchas cafés, pero no me lo imagino con 
un nombre, ni con un collar, ni mucho menos sacándolo a pasear por la calle, ni llevándolo al veterinario a que le pongan vacunas. O de vez en cuando dejarlo dormir en mi cama, al ladito de la cabecera. 

En verdad quería un perro, no para mi, sino para conseguir mujeres, ¿Ustedes nunca levantaron mujeres saliendo con perro cachorro en los brazos? Es muy simple:
Se consiguen un perro prestado, preferiblemente que se vea tierno (no pinscher, no chihuahua) Lo mejor es sacarlo cuando tenga sueño, previo déle de comer, póngale una cama cerca y cuando se eche, no lo deje dormir y sáquelo.

Las mujeres se enternecen viendo un infeliz perro dormilón caminando, así que usted sale con el perro, busca una chica bonita y deja ir el perro hacía donde está ella. Es probable que las primeras veces el perro no sepa hacía donde ir o se devuelva hacia donde está usted.  Lo mejor es tener paciencia porque también puede suceder que no vaya hacia donde la chica, sino que termine yendo hacia donde un chico. Esa es una situación incómoda, pero tranquilo,no se desanime, aprovéchela y permita que esas primeras veces sean de entrenamiento, háblele al chico, coquetéele, sean sensual, eso le servirá cuando el perrito decida enfilarse hacía una mujer. Ya superada la primera etapa, salga de nuevo a la calle, identifique su pretendiente y deje ir el animal. Si todo sale según lo planeado, la chica entrará en un estado denominado, “shock cuan plus canino o “maricada por el animal”. Usted lo notará porque se agachan y le preguntan disparates al perro: ¿Quién es un perrito hermoso? ¿Dónde está tu dueño? ¿Quién es un perro cochino que me aca...ba de cagar?
En ese punto usted debe estar a unos 10 metros aproximadamente del animal, vigilando las actitudes de la chica, deje pasar un minuto para  acercarse y diga con sorpresa:
  • ¡Oh! pequeño demonio, aquí estabas, si a ti algo te pasa yo me muero.
Lo de pequeño demonio puede que no funcione, así que tenga frases extras como:
  • ¡Ay! gracias al cielo estás bien. 
Si esa no le funciona, diga:
  • Copito, menos mal estás en las manos de una niña muy hermosa. 
(Copito, nombre ficticio del perro de esta historia. Si no le gusta ese nombre puede usar, cancerbero, hijo de belcebu. Si es un perro cojo, póngale, Falcao) Lo normal es que la mujer se ría y le diga: 
  • Mira, aquí está tu Falcao. 
Aproveche y dígale:
  • Gracias. Mira, él necesita una mamá, ¿no quisieras ser tú? 
Ella responderá: 
- Eres muy lindo, seguro que si. 

Eso en el caso A, ahora veamos el caso B

  • Falcaoooo, menos mal estás en las manos de una mujer muy hermosa. Si algo te pasa yo me muero.
Lo normal es que la chica diga
  • Vea irresponsable, a su perro casi lo coge un carro, desconsiderado, hasta me cago y todo, yo creo que tiene moquillo. 
  • Lo siento, te agradezco y mira, él necesita una mamá, ¿no quisieras ser tú?
  • ¿Me vio cara de perra o qué? Madure.
En ese caso no está todo perdido, salga con algo ágil y gracioso, quizás le pueda funcionar:

  • No, pero podemos hacer una linda familia, guau, guau.
En fin, si ya todo está perdido nos queda simplemente recibir el perro de sus brazos. Atención: Por lo general cuando una mujer consiente un perro, lo hace aprisionando el animal contra su pecho. (Como si el perro lo fuera disfrutar, jah!)
Lo que debe hacer es lo siguiente, finja falta de motricidad e intente prolongar sus manos lo más que pueda hacía ella, así la chica retirará unos pocos centímetros de su pecho al perro, que es el espacio suficiente para que usted haga el amague de recibirlo no sin antes agarrarle las “piruchas”. (Piruchas es un nombre folclórico que se le da a las tetas, también puede ser el nombre para una perrita).

En conclusión, lo mejor para las manchas amarillas en la ropa es limpiarse bien la cola para que dejen de hacer ese chiste pendejo y así no jueguen con los sentimientos de las personas.
¡Quiero un bóxer! ojalá blanco.

jueves, 16 de enero de 2014

DEPENDE DE COMO SE MIRE.

Nadie se salva, ni el que se encuentra el billete, ni el que mira como el otro se lo encuentra. Encontrarse dinero mientras uno va acompañado es un buen medidor de las peores características humanas.

  1. La envidia.

La historia de Eloy.

Soy un tipo feliz, quiero a mi familia y a mi esposa. Un día salí a caminar con mi gran amigo Jhon, era la primera vez que él venía a mi casa. (vivo hace 4 años en ella) Lo invite a cenar, era el aniversario con mi esposa. Salí a la parada del autobus a esperarlo, veníamos platicando cuando a lo lejos vi un papel enrollado, se lo mencioné a Jhon quién sin reparo alguno corrió a ver qué era, y con una cara estúpida sonrió diciéndome que era un billete de $50.000. En ese momento maldije la existencia de Jhon, ya no quería que estuviera en mi casa. Lo mire como un culo y sentí envidia de su suerte. Quería que me dijera algo para golpearle la cara y matarlo. Ya no somos amigos. Le dije que se metería su billete por donde le cupiera. Maldito Jhon!

  1. La rabia.

La historia de Maritza.

Ella trabaja como mesera en un asadero de pollos, es una chica amable y mantiene buenas relaciones con los clientes y con sus compañeros de trabajo. Desde que llegó del campo le ha tocado duro, pero ha salido adelante. 
Un día, mientras despresaba uno de los pollos vio como a un cliente se le cayó un fajo de billetes, dejo entonces  el pollo a medio despresar y se lanzó a agarrar el botín, con tan mala suerte que uno de sus compañeros se dio cuenta de toda la escena. El compañero de Maritza le hizo énfasis en que el botín era de los dos, a lo que ella respondió:
  • Usted es que es güevon o qué? A verle la cara de marica a otra, la de buenas fui yo.
Situación suficiente para despertar la rabia de su compañero: 
  • Quietaaa, doña suertuda, cómo le decimos, “la sabila con patas” o qué. “Doña todo me sale bien” “Doña buena vida”.
Maritza hizo hincapié en que solo habían sido 3 billetes de mil, su compañero no entendió.
  • Clarooo, si ve como la cambio el dinero. Maritza, me duele que usted sea así. Yo recuerdo cuando usted llegó del campo sin nada y yo le brinde mi amistad. La plata la corrompió. 
Maritza se casó con su compañero de trabajo, tuvieron cuatro niños y aún pelean por los billetes que se le caen a los clientes.

  1. La tristeza o desdicha.

La historia de Wilfrido.

Wilfrido es la persona más exitosa que conozco, todo lo que toca lo vuelve oro. Es un astuto para los negocios y sabe administrar el dinero, es un hombre que saber el valor de las cosas y disfruta del fruto de sus empresas. Es una persona que siempre te imprime de positivismo. En una ocasión íbamos en un bus, me di cuenta que en el suelo había un billete, lo aprisione con el pie, me deslicé y lo tomé mientras veía la cara de  Wilfrido sorprendida. Durante el recorrido del bus, él empezó a hacer mala cara, y a refunfuñar entre los dientes, le pregunté que qué le pasaba, empezó a vociferar, y a grito limpio decía:
  • Ahhh, malditasea, por qué no me agache, ese billete era para mi. Me siento terrible, yo nunca me encuentro nada, esos mil pesos me hubieran cambiado la vida. 
Me asusté, él estaba desesperado, incluso me agarró de la mano muy fuerte y me dijo que ese billete era de los dos y tenía que gastarlo conmigo porque él lo había visto primero. Le dije:
  • Usted es que es güevon o qué, el billete es de quien lo recoge, no del que lo veía. 

Hoy en día, si veo a Wilfrido, prefiero cruzarme de acera porque o sino le doy en la jeta. 

viernes, 10 de enero de 2014

ENTREVISTA A MI, O SEA, A YO.


Yo (el comediante Sergio Leguizamón) me he concedido a mi mismo una entrevista.

Me levanto y me alisto para recibirme. Veo una sala llena de libros y de cosas sin valor, justo lo que uno esperaría de alguien como yo. Me espero, me cepillo la boca y me peino un poco para recibirme a mi mismo. No me pongo zapatos, recibo la entrevista en chancletas y con piyama. (Una camiseta vieja y una bermuda que casi no uso)
Me pongo unas condiciones para responder a las preguntas, no quiero que se corte la entrevista y que todo lo que digo salga tal cual como lo dije. Me acepto las peticiones y con respeto hacía mi mismo comienzo con la charla.

Sergio Leguizamón entrevistador 1: Sergio, buenos días. Gracias por recibirme en su casa.

Sergio Leguizamón entrevistado 2: Tan bobo, usted vive aquí hace 21 años. (risas)

SL E1: Voy a hacerle la pregunta más tonta de todas, - ¿A usted fue al que le dieron en la jeta en Carulla? 

SL E2: Sí, fue a mi, si no fuera a mi, pues no me estaría entrevistando. ¿No cree?

SL E1: Pues si, no. 

SL E1: Sabemos que el vídeo lo han visto más de 400 mil personas, ¿qué le dicen por la calle?

SL E2: La gente es muy ambigua, algunos me dicen, hermano, déjeme decirle que usted es muy paciente. No darle en la jeta a ese man, muy noble usted. Y otros me dicen, pues bien hecho, eso le pasa por cerdo y por gamín, si yo hubiera sido el vigilante, le doy más duro en esa jeta y lo pongo a limpiar con esas mechas de trapero que tiene. Maldito infeliz, poco hombre, mal polvo, tacaño, mediocre.

SL E1: ¿Enserio le dicen todo eso?

SL E2: (risas)...bueno, lo de infeliz, poco hombre, tacaño y mediocre, no. Lo de mal polvo si. La gente es rara, no sé cómo pueden suponer eso (risas)

SL E1: Usted llevaba una sombrilla, ¿por qué no la uso?

SL E2: Es que no me acordaba que la llevaba, yo si sentía algo que me incomodaba, pero no sabía qué era; la gente me escribe diciendo que si ellos hubieran tenido la sombrilla, pues se la meten cerrada y se la sacan abierta. Espero que no toque explicar por donde.

SL E1: ¿Por qué no le respondió el golpe? 

SL E2: (suspira)...La verdad, me da pánico pelear, soy como esos perros callejeros, ladran y ladran y ladra, pero NO pegan. Yo gano es de grande.

SL E1: ¿La chica que iba con usted era su novia? 

SL E2: No señor, con decirle que hasta me cobró la sombrilla. Menos mal no hice eso de meterla y sacarla. 

SL E1: ¿De verdad ella estaba enferma? 

SL E2: Pues hasta donde tengo entendido, sí. A menos que me haya engañado y se haya confabulado con el vigilante para pegarme. De esa última teoría aún tengo mis dudas.

SL E1:¿Qué sintió cuándo le pegaron? 

SL E2: (risas) No me acuerdo, fue tan rápido. Creo que sentí como un puño, o un cabezazo o algo, o mejor dicho algo duro, como un...puño. Si, eso fue, se sintió como un puño en la cara. ¿Alguna vez le han dado un puño en la cara?

SL E1: eh, sí. (RISAS)
SL E2: (RISAS)

SL E1: ¿Por qué no limpio el vomito? 

SL E2: ¿Cuál vomito? 

SL E1: El de su amiga. 

SL E2: A ver, es que acaso yo soy la empleada de mi amiga o qué. Respete, por qué no lo limpio usted. Sapo!

SL E1: ¿Ese hecho le cambio la vida? 

SL E2: Claro, ya no soy Checho, ahora soy: el señor caído de carulla, el terror de los vigilantes, al que le dieron en la jeta, mano de mantequilla, culi flojo, muerdealmohadas, entre otros. Entonces si me la cambio.

SL E1: ¿Qué piensa hacer de ahora en adelante? 

SL E2: Estoy indeciso, no sé si aprender a pelear o aprender a bailar. Pues si hubiera sabido bailar me quedo en el bar y no me dan en la jeta. Aunque si aprendo a pelear, no me hubiera dejado dar. Aunque mejor me meto a un curso de croche y cambio de amistades.

SL E1: ¿Tiene tarjeta puntos? 

SL E2:  No, solo puntos...pero en la boca (risas). Perdón, es que ese chiste tenía que hacerlo. 

SL E1: ¿Volverá a Carulla? .

SL E2: (silencio) ...ya veremos, ya veremos.

SL E1: Sergio, muchísimas gracias.

SL E2: No fue nada, aquí el amable fue usted.

SL E1: Ayyyy, cansón, usted si jode.


SL E2: (RISAS) Bueno, lo que tú digas.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Un día como comediante de la noche.


Estoy en el sitio, bar donde se graba los comediantes de la noche. He sido llamado como invitado especial. Son las 3:30 pm, hora de hacer la prueba de cámaras que consiste en pararse como un soberano pendejo en el escenario y recitar la rutina que uno hará en la noche, mientras que los demás comediantes (los del programa) lo ven a uno con cara de, aún tenemos tiempo para llamar a otra persona, la cagamos trayendo a este man. 
Aclaro que ya sabía de dicha prueba de iniciación, y me preparé a la manera “zen”. En la mañana del mismo día salí a un parque cercano a mi casa, ubique varios árboles y reloj en mano, empecé a hacerles la rutina. Los árboles me miraban como pendejo, al igual que la gente que pasaba, pero yo me había visto todas las películas de Rocky y sabía que si no había sacrificio, el entrenamiento no serviría. Termine haciendo como 10 veces la rutina. 

Después de ensayar me sentí seguro como para regresar a la casa. Escogí entonces mi pinta: pantalón negro, una camisa roja con pinticas doradas y un corbatín negro, ah y tenis. Durante el baño pegué a la pared con el agua de la ducha las hojas que tenían escrito mi materia y las repase mentalmente. 

Ahora es mi turno, me han llamado para hacer la dichosa prueba. Me instalan el micrófono inalámbrico y automáticamente empiezo a verlos a todos como árboles, entonces me relajo y declamo casi como poesía mi rutina. Los árboles no dicen nada, eso me hizo sentir algo de nervios.

Son las 6:00 pm y ya he pasado dos de las pruebas, por momentos me ataca la ansiedad, me sudan las manos más de lo normal y quiero salir a fumar. Los comediantes de la noche se muestran tranquilos, se hacen matoneo entre ellos, hacen chistes que definen como, “chistes internos”, yo solo río por diplomacia, no vayan a pensar que no entiendo o crítico su humor. Por momentos me veo como uno de ellos, pero basta con mirar hacia el escenario, empiezo a sudar y dejan de verme.

Son aproximadamente las 7 pm, la fila en la puerta del lugar asegura que por lo menos en asistencia será todo un éxito (un problema menos, pues la ley del humor dice que es más fácil hacer reír a muchos que a poquitos)

Conforme va pasando el tiempo y nos acercamos a las 8 pm, hora en la que comienzan las grabaciones, cada personaje va liberando tensión y empiezan a ser víctimas del estrés, cada uno exhibe los nervios de maneras diferentes, unos fuman más de lo normal, otros caminan de un lado a otro y balbucean su material, otros prefieren sentarse a mirar su tableta y repasar en voz alta, otros revisan su celular y se escriben mensajitos de amor con su pareja, otros toman algo de licor. En fin, yo los veo desde el camerino, mientras sentado me seco el sudor de las manos en las rodillas. Eventualmente suben a decirme, ¿qué? ¿muy tranquilo? quieto maestro. Yo solo les sonrío, los miro, hago como si entendiera el chiste y vuelvo la  mirada a un monitor ubicado en la parte superior del camerino que sigue toda la grabación. 

La salida del primer comediante es definitiva, pues arroja información importante de cómo será el comportamiento del público y en general de la noche. Ese primer comediante se denomina, “calentador”, y tiene la seria responsabilidad de disponer positivamente al público en aproximadamente 15 minutos. Según “el calentador”, el público está bonito, se quiere divertir, y bajo la ley del humor (recuerdan, mucha gente, más risas. Menos gente ...) será una buena noche.

Por designios divinos (al director se le dio la verrionda gana) voy en el segundo capítulo; para los que no saben cada noche se graban dos, por eso uno ve a la misma gente en varios programas. Mi tensión aumenta porque es una hora y quince minutos más de espera. Creo que eso es lo que más me pone ansioso, saber que falta mucho para pararme.
Bajo un par de veces a donde se encuentran los demás comediantes, uno de ellos me pide que le ayude a repasar la rutina, luego pregunto si tienen cigarrillos, no hay, me  ofrecen chocolates. Prefiero volver al camerino, saco de mi maleta las hojas un poquito mojadas donde está escrito mi material, les doy un último vistazo, pero mis manos no dejan de sudar y ahora me acompañaba un bostezo mezclado con escalofríos. 

Es mi turno, ya estoy alambrado ( o sea, me han puesto el micrófono inalámbrico) y a escasos metros del escenario. En escena está el mismo personaje que me hizo la llamada para estar ahí y tiene al público feliz con una rutina sobre los robos, (que momentos antes había confesado, no le parecía muy fuerte, jum, siempre dicen lo mismo y terminan volviendo loco al público) lo admiro mucho, pero ya no siento miedo, el miedo se ha convertido en la oportunidad de que vean mi trabajo, ahora es una responsabilidad. Son las 9:45 pm, falta no menos de dos minutos para subir, el corazón se me acelera, pero no mucho, el presentador me llama, me dice al oído, ¿Puedo decir algo de su pelo para presentarlo? Asiento con la cabeza y le digo: sí, lo puede hacer, porque eso me ayuda a entrar ganando. 
9:47 pm, se han subido a presentarme, siento que se me olvida todo, me da mucho miedo, pero recuerdo que pueden existir noches malas, pero que esta no lo será, de nuevo estoy tranquilo. Es la hora, respiro profundo, no miro a nadie, miro primero hacía arriba, tal y como me explico la maquillista (ella debe saber, no es comediante, pero si ha visto como le sudan las manos a muchos invitados novatos, por eso le creo) Abro la boca, hago mi trabajo, lo hago bien, la gente ríe y también aplauden. 

Estoy en el sitio, bar donde se graba los comediantes de la noche. He sido llamado como invitado y he dejado todo ahí.

domingo, 11 de agosto de 2013

PIDA LO QUE QUIERA, YO LO INVITO.

Quería escribir sobre las cosas buenas de la gente, pero mientras escribía este texto, se me cayó el internet, se me regó el  milo caliente sobre el teclado, apague el computador y se me olvido guardar. Así que empecé a escribir sobre las cosas feas, como por ejemplo, algunas personas no tienen ninguna delicadeza cuando les invitan “algo”.


Si queremos que no nos vean la cara cuando invitamos un “algo” entonces eliminemos de nuestro vocabulario la frase: Pida lo que quiera que yo lo invito.

Uno debería decir, pida lo que quiera, pero que no pase de tanto... Si usted quiere mucho a esa persona, entonces que no pase de $1000, si es alguien no muy conocido, pues con $500 usted queda como un rey, y si no hay ningún tipo de relación y lo que usted siente es fastidio, entonces dígale: ¡ vaya a que le gaste su madre! Así deja mamando al tragón, a ese que se toma muy literal la frase, a ese que mientras usted pide un tinto o una gaseosa, el sinvergüenza ya tiene en la mano, mil de salchichón, dos panes franceses, una colombiana y le hace ojitos a una empanada. Aunque conozco personas más descaradas que dicen:

- Por qué mejor no me da eso en plata, es que en el barrio venden unos tamales y con eso si quedo bien lleno.

Ahí es posible que a usted se le olvide que es amigo y se de cuenta que no hay ninguna relación, por lo tanto podría usar el : ¡Vaya a que le gaste su madre!

Lo peor que puede pasar es que usted pierda la voluntad y saque los  $2500 con una rabia, mientras que por dentro se pregunte

  • ¿Por qué soy tan pendejo, no debí darle esos $2500, ahora me toca irme a pie, ese man si es una pecueca, en la vida lo vuelvo a invitar a algo, ese no es mi amigo, maldito, lo odio.

y el amigo le pregunta:

- ¿Olé, está bravo?

  • jajajaja, noo, tan bobo, ¿por qué tendría que estar bravo?


Ese tipo de gente no entiende que eso es un mero formalismo, o sea,  no es un contrato, ni una promesa, solo es un decir por decir, no tiene valor práctico ni real,  solo es algo sin sentido, así como cuando uno le dice a la novia:

  • ¡te amo!

o cuando el papá le dice a sus hijos:

- Yo los quiero a todos por igual.

O cuando un amigo dice:

  • Si necesita algo, me avisa, no importa la hora, no dude en llamarme

Hay que entender que uno no puede pedir lo que quiere, y que el que paga, no quiere pagar lo que quiere pedir el que ha sido invitado, o sea, para no ir tan lejos, si a usted le dicen, pida lo que quiera que yo se lo pago, no va más allá de un tinto,  de un cigarrillo, un chicle, unas frunas, un trident (pero del individual), una menta, unas galletas festival y eso!  

Dios debería castigar a esos inescrupulosos que se aprovechan de la buena fe de personas como usted y como yo para que les gasten, eso inescrupulosos que usan frases como:

  • Es que no sé qué pedir.

El objetivo de esta frase es medir la capacidad adquisitiva del que invita, por lo general quien la dice se ve obligado a sugerir cosas, de esta manera el inescrupuloso se hace una idea del producto que le pueden gastar. En dado caso que le señalen algo barato, el inescrupuloso hace caso omiso y señala las características negativas del mismo.
Por lo general se hacen gastar lo más caro.

- Es que me da pena.

Con esta otra frase solo buscan  reafirmar la invitación. Así que evite a toda costa seguirles el juego, pues dicha frase busca que usted se choque emocionalmente y diga: ¿pena de qué? no sea tan bobo, pida. Si el inescrupuloso agacha la cabeza y hace soniditos, no se deje engañar, pues está buscando que usted diga, ¡ay tan bobito! le dio pena. Y en ese punto, mi querido lector, debe saber que la cuenta le saldrá un poco cara y que le han metido un gol por inocente.

-¿Enserio puedo pedir lo que quiera? 

Voy a ser directo, en este punto: ¡le vieron la cara!

Por eso me volví de esas personas que aguantan hambre con tal de no gastarle a nadie, de esas que les chillan las tripas pero que prefieren ver a su amigo montarse en el bus, antes de comprar un pastel de pollo y tener que gastarle a él.

Pero en ningún caso vaya usted a pensar que yo soy un tacaño o un amarrado, no señor, solo soy un  ahorrador compulsivo.


lunes, 1 de julio de 2013

Personas que quizá conozcas

Hay tres cosas que le duelen en el alma a un hombre.
  1. Que se le muera la mamá.
  2. Que lo deje su pareja.
  3. Agregar un contacto femenino a facebook y que resulte ser masculino.
Siendo esta última experiencia la más terrible de las tres.

Por mi naturaleza masculina no puedo ver imágenes de mujeres con muchas tetas y cola en facebook ( la verdad no puedo ni ver que una mujer tenga tetas y cola) porque inmediatamente le quiero mandar la invitación, mandarle un saludo,  mandarle un toque, mejor dicho mandársela de cualquier manera. 

En facebook  es normal encontrar esos perfiles de mujeres provocativas, y es ahí cuando me hago esta pregunta 
-¿Será que les mando la invitación?
E inmediata y mentalmente me respondo.
  • Pues, sí, quién quita y me paren bolas. 
Nota: Si tiene que repetirse mentalmente la frase, “QUIEN QUITA” como método para animarse,  quiere decir que es feo y tiene más gracia una alocución presidencial que usted y se escuda en sucesos paranormales como la fe, la suerte y los cambios de parecer de las mujeres. 

Escribo todo esto porque le cogí fastidio a una parte del face que dice: personas que quizá conozcas, para los que no la han visto, ( como las  personas criadas en la Guainía,  Vichada o Vaupés) se encuentra en la parte derecha de la pantalla y muestra perfiles de personas que quizá uno conozca, pero muchas veces salen coincidencias con personas que uno sabe que en la vida se va a cruzar y mucho menos va a tener amigos en común, o cómo se explica usted que me salga, quizá conozca a Lady Gaga. Tanto así que me pregunto, ¿será que somos familia? ¿Será que yo la vi y no me acuerdo y por eso me mando la sugerencia? ¿eso a lo mejor es sobrina de alguna de mis tías? ¿Será que me estoy vistiendo tan mal y por eso el facebook nos relaciona?

Ese es el primer problema, el segundo es que ese grupo de personas que quizá conozcas está conformado en su mayoría por chicas de esas que uno dice, uuuuy, quién quita. 
Y seamos honestos, pero cierto que ese, “quizá conozcas” suena a: ¿Quizá me las pueda comer?. Yo confieso que cada que tengo la oportunidad abro ese pedacito del face y repito los siguientes pasos: click en el nombre, ubicar fotos, abrir álbumes, stalkear las fotos, mandar invitación y pensar, quién quita.

Mi criterio para agregar (a las mujeres de la zona del quizá) es muy simple: tiene cara de que le gusta o no tiene cara de que le gusta. Hasta el momento todas han quedado adentro de mi criterio, yo creo que les gusta. Aunque la otra vez me di “garra” y agregué a cuanta “tripona” se me atravesó por ese quizá y me pasó algo que no se lo deseo a un hombre entre los 16 y los 40 años, ser sancionado por facebook. Eso no tiene presentación, es mejor decir que uno tomó fotos de culos de hombres en tanga en la marcha del orgullo gay, antes de decir que por arrecho el señor Zuckerberg lo declaró peligroso para la comunidad.


Todo esto para contarles que hace 15 días fui víctima de un perfil femenino salido de la sección del quizá, agregue dicho perfil basándome en mi filosofía del quién quita. A los 30 segundos de haberle enviado la invitación, recibí la notificación que indicaba que semejante “hembrota” y yo, ya éramos amiguis. Obviamente no perdí el tiempo y le salude de manera formal, aunque al ver la foto pensé, (https://www.facebook.com/profile.php?id=100003868504048&fref=ts),está tiene cara de que le gusta y busque la manera rápida de acceder a otras más atrevidas y se me ocurrió decirle que era diseñador de páginas web, que necesitaba dos fotos sin mucha ropa para la portada de mi sitio de citas online, me sorprendió que la fulana aceptara y me pusiera dos imágenes en donde se le veían las tetas a full color, eso me hizo pensar que yo le  gustaba, me envidee, nos dimos el teléfono,  pensé que podríamos ser algo más que amigos virtuales, me encapriche tan rápido que durante varios días me repetía las fotos, y ese fue el problema, pues una de las imágenes estaba marcada con un nombre que no era el de ella, Giselle Avendaño, mientras que ella se hacía llamar Nanita Berrio. 
No me quedé con la duda e investigue sobre la tal Giselle, descubriendo que tenía nobles títulos  como: Play Boy Colombia, Miss Tanga Santander, Miss Tanga Colombia, modelo y empresaria, me sentí orgulloso al pensar que una mujer así se había fijado en mi, pero ni esa broma logró que no  descargara mi rabia contra ese perfil falso, una vieja así qué se va a fijar en mi, aunque, quién quita. Lo que si es cierto es que llame al número que me había dado y oh sorpresa, me contesta una voz ronca diciendo: Papi, pensé que no me ibas a llamar. 


El link que les deje arriba corresponde al perfil falso, a Nanita Berrio o mejor a, Nanito Berrio. Me parece que es pertinente dejarles los links en donde pueden encontrar imágenes de la original y sensual Giselle Avendaño, que con tantos títulos no me explico por qué no fue nominada al gran Colombiano.
 http://www.youtube.com/watch?v=_jp3PeZT1Q4 y http://www.thecolombianmodels.com/